La Comisión Internacional para los Futuros de la Educación, creada por la UNESCO en 2019, viene definiendo en diversas publicaciones, y a partir de un proceso global de participación, cómo debería ser la escuela del futuro. En su informe “Reimaginar juntos nuestros futuros – Un nuevo contrato social para la Educación” (2021), la UNESCO propone que: “Las escuelas deberían reimaginarse y protegerse, para ser lugares que reúnan a actores diversos, modificando los espacios y las agrupaciones con el fin de facilitar que las personas trabajen de consuno, convirtiéndose en ejemplos de sostenibilidad. La tecnología puede enriquecer, pero no sustituir a la escuela y la docencia debería entenderse como una labor colaborativa, autónoma y libre, de generación de conocimiento”.
Por otro lado, estamos en un contexto de oportunidad para el reto demográfico, por un cambio en las preferencias sociales (post-COVID) y por la iniciativa política multinivel en la materia (en especial la Ley 2/2021 de Castilla-La Mancha). La Escuela Rural (ER) se convierte así en un equipamiento público crítico para atraer población (familias), para ello:
- Debe garantizar una mayor calidad educativa que la escuela urbana
- Debe aprovechar la oportunidad educativa de la transición digital y la LOMLOE
- Debe impulsar la transición ecológica, transformándose, reimaginándose
Así podría convertirse en un instrumento palanca para el reto demográfico, en materia de provisión de intangibles para la cohesión social y la calidad de vida en los municipios rurales, que contribuya a atraer población a los mismos en un contexto de deslocalización de la actividad laboral y que a la vez favorece el desarrollo endógeno.
Para ello necesita abrirse a su entorno local y global, alineándose con la planificación política multinivel (ONU, UE, Gobierno de España y JCCM) para lo que necesitaría estar:
- Conectada a su municipio y su comunidad, a su territorio
- Conectada a otras escuelas rurales innovadoras y a la Universidad
- Conectada al reto de la consecución de los ODS en las zonas despobladas, utilizando la Economía Circular como principal política palanca de la sostenibilidad
Teniendo en cuenta que existe abundante evidencia empírica de que los resultados de calidad educativa para la escuela rural son equiparables a los de la urbana, pero en un contexto nada propicio, por lo que puede mejorar más rápidamente mediante la innovación abierta.
Lógicamente el programa contará con la colaboración de la Consejería de Educación y Cultura, y se estructura con el mismo modelo del programa Ruralidades. Se conformará un curso para los estudiantes en los que la actividad central serán 8 jornadas monográficas que pretenden constituirse como 8 foros de reflexión interdisciplinar sobre como demostrar, y contar, las ventajas competitivas de la escuela rural.